Una imagen de vestir esta compuesta principalmente en tres partes:
La parte principal es el busto y las manos, ya que son las partes visibles de la imagen en la que, en tan poco espacio, hay que plasmar todo el sentimiento y unción que debe de dotar a la dolorosa para que llegue al fiel.
Existen diferentes formas de realizar unos brazos articulados, ya pueden ser “de galleta” en la que una pieza circular y aplanada encajada en lo que seria el antebrazo, da la posibilidad de movimiento de codo, por otro lado están los denominados de bola, en el que una bola de madera encajada en el antebrazo hace que gire completamente y se deslice la bola por el brazo, dando así más movimiento rotativo a la extremidad.
Unos brazos de bola están compuestos principalmente por 3 ejes de movimiento. El que hace de unión entre el cuerpo y los brazos, teniendo la función de hombro, el que une el brazo con el antebrazo, codo y por ultimo el movimiento de la muñeca para poder dar más expresividad a la imagen con la posición de las muñecas.
Por último, el cuerpo esta unido al candelero, una estructura de madera de forma troncocónica que aporta verticalidad a la imagen. El candelero esta compuesto por una base redonda u ovalada de la que parten, generalmente 8 listones de madera que enlazan con el tronco.
Una labor muy importante, en una imagen de vestir, se la otorga el vestidor, vistiendo la virgen con un rico ajuar que ensalce la realeza de la virgen maría.
La historia de la dolorosa de vestir tuvo su mayor auge en el barroco andaluz pero para hablar de la historia de este tipo de imaginería hay que remontarse a los primeros años de la época de la cristiandad en la que imágenes de época visigoda, románica y gótica eran revestidas con mantos y vestidos sobre el propio ropaje tallado. Y no es hasta el siglo XIII cuando se realiza la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad de Sevilla, una de las primeras imágenes realizadas expresamente para ser vestidas en la que la vestimenta de las damas de la corte de los Habsburgo seria el principal referente hasta el culmen con la vestimenta de la casa de los Austrias.
En Granada, en el siglo XVI, se talla la que sería patrona de la ciudad por Gaspar Becerra, y la virgen del Rosario de Plata, de autoría desconocida, la imagen es completada en el siglo XVII con una vestimenta íntegramente en plata, adoptando así la moda de la corte de Felipe II.
El uso de vestimentas en las imágenes marianas hace que la imagen sea mas cercana para el pueblo, aportando humanidad, contexto…
La vestimenta en una imagen aporta significado para su advocación. Una dolorosa se presenta principalmente vestida de riguroso negro, mostrando así el luto por la muerte de su hijo y no es hasta el siglo XIX con Juan Manuel Rodríguez Ojeda cuando se empieza a dar color en la vestimenta mariana otorgándole a cada advocación su color por excelencia dando así más significado didáctico a la obra.
